Hay algunos giros y cambios, así como un gato naranja que se roba la escena del que sería difícil hablar sin revelar de más. En general la película está bien, pero no es nada de qué emocionarse demasiado.
Por Lindsey Bahr
Ciudad de México, 7 de marzo (AP).– Si hay algo real para la mayoría de las películas del universo cinemático de Marvel, es que les sobra vida y alma. Es una especie de alegría embriagante que reta incluso al más apático de los comics a subirse a bordo y deleitarse en el espectáculo, y por lo general se reduce a los personajes.
A uno quizás no le importe si un enemigo mortal del planeta anda suelto, pero sí le importa el Capitán América, Black Panther y Black Widow y disfruta pasando un par de horas con ellos.
Yo pasé más de dos horas con la Capitana Marvel/Carol Danvers y aún no tengo idea de su personalidad. Seguro, muchas cosas ocurren en Capitana Marvel, pero es un tropezón bastante indignante considerando los grandes momentos creativos que Marvel ha logrado en 10 años y 20 películas. Es difícil decir si se trata de una falla en la interpretación de Brie Larson o en el guión, pero salí de la película escrita y dirigida por Anna Boden y Ryan Fleck sin que la protagonista me importara mucho más allá de lo que sus poderes podrían significar para la próxima película de Avengers.
La historia te coloca en la mitad de todo y le da a Carol Danvers un conveniente caso de amnesia. La joven trata de recordar su pasado soñando con Annette Bening mientras entrena con Jude Law para ser una soldada en el planeta de Kree. A Carol le dicen al menos 10 veces en los primeros 10 minutos que necesita controlar sus emociones, especialmente Law. Esto puede resultarle pesado a cualquier mujer, pero también resulta confuso porque “emotiva” es la última palabra que usaría para describir al personaje cuando es presentado. Es más impulsiva y testaruda que cualquier otra cosa. Las emociones y el corazón no parecen tener nada que ver con sus decisiones; a veces incluso parece como una "Terminator".
Este es también un guión en el que Larson tiene diálogos que pueden resultar exasperantes, como “basta de juegos mentales” con la cara seria. Ella es una gran actriz, pero ese es trabajo difícil hasta para los mejores.
Se supone que la película debe ser desorientadora, especialmente al principio. Ella está confundida y el público también, supongo. Pero las cosas empiezan a aclararse cuando ella realiza un aterrizaje de emergencia en medio de una tienda de alquiler de videos Blockbuster Video en Los Angeles alrededor de 1995, y uno lo sabe porque hay un afiche de la película Babe y un anuncio de True Lies. Los cineastas se divirtieron con todas sus referencias de mediados de los 90, desde computadoras hasta música (si te gustan los himnos pop furiosos de chicas de la época tienes suerte), pero me hubiera gustado que alguien le haya puesto tanta atención a la continuidad del cabello de Larson, que cambia incluso en una misma escena.
En Los Angeles se topa con un joven Nick Fury, interpretado por un Samuel L. Jackson rejuvenecido digitalmente, cuya vivacidad contagiosa es muy bienvenida. Juntos tratan de seguir a unos extranjeros invasores que cambian de forma llamados Skrulls (encabezados por Ben Mendelsohn) y también obtienen respuestas sobre el pasado de ella, que honestamente suena mucho más interesante que su presente. Pero esta es la historia del origen y no incluye a Bening enseñándole a Larson cómo pilotear un avión de combate.
Hay algunos giros y cambios, así como un gato naranja que se roba la escena del que sería difícil hablar sin revelar de más. En general la película está bien, pero no es nada de qué emocionarse demasiado. Pudo y debió ser mucho mejor: tenían un buen elenco, a directores talentosos, el presupuesto y la “marca”. La primera película del Universo Marvel protagonizada por una mujer merecía más.
Capitana Marvel, un estreno de Walt Disney Studios, recibió una clasificación PG-13 (que advierte a los padres que podría ser inapropiada para menores de 13 años) de la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (MPAA, según sus siglas en inglés) por algunas escenas de ciencia ficción, violencia y acción, así como un lenguaje brevemente sugestivo. La AP le otorga dos estrellas y media de cuatro.